Cada individuo es único, al igual que las curvas de su columna vertebral. Y aunque la mayoría de las curvas se consideran "normales", aquellas que tiran la columna hacia un lado se clasifican como escolióticas pudiendo presentar desafíos significativos para quienes la padecen.
Y un dato importante, es que la escoliosis afecta, aproximadamente, a 237 millones de personas en todo el mundo, según informes de la Asociación Estadounidense de Cirujanos Neurológicos.
Además, existen varios tipos de escoliosis, incluidas las congénitas, neuromusculares, degenerativas e idiopáticas. Esta última es la más común y suele diagnosticarse durante la adolescencia.
¡Pero aquí viene lo importante! Si bien Pilates no es una cura para la escoliosis, su enfoque en el centro del cuerpo y el movimiento centrado en la columna lo convierten en una metodología efectiva para ayudar a las personas con escoliosis.
¿Por qué? Porque las curvas de la escoliosis pueden causar adaptaciones musculares y patrones de movimiento compensatorio, y Pilates es una práctica de movimiento muy beneficiosa para mejorar la postura, alargar y alinear la columna, y desarrollar el tejido de manera uniforme.
Por eso, los instructores de Pilates están capacitados para trabajar con personas que tienen escoliosis, adaptando los movimientos según sea necesario para proporcionar una experiencia de movimiento equilibrada. El uso de accesorios y la incorporación de la respiración dirigida son herramientas poderosas para ayudar a movilizar y "rellenar" las áreas de la columna afectadas por la escoliosis.
Algunos ejercicios de Pilates que pueden ser útiles para personas con escoliosis incluyen:
Puente: Acuéstate boca arriba con las rodillas dobladas y los pies apoyados en el suelo. Comenzando por el coxis, levanta cada segmento de la columna del suelo. Manténlo en la parte superior por un momento y luego baja hasta el piso, segmento por segmento. Haz una pausa alrededor de cada segmento de la columna mientras se mueve y respira.
Apertura del Libro: Acuéstate de costado con las rodillas dobladas y las manos entrelazadas detrás de la cabeza, los codos doblados. Manteniendo las piernas apiladas, levanta el codo y el brazo superiores, girando el tronco hacia el techo y permitiendo que el brazo superior se abra como la tapa de un libro. Regresa a la posición original. Repite en el otro lado. Muévete sólo hasta donde te sientas bien.
Sirena: Comienza en posición sentada con las piernas dobladas hacia un lado. Lleva el brazo que está más alejado de sus piernas dobladas a lo largo de la oreja. Dobla la cintura, llevando el brazo superior hacia el lugar donde se unen la pared y el techo. Dobla el codo del brazo superior y lleva los dedos a la oreja o al cuello. Regresa a una posición sentada erguida y levanta el otro brazo, esta vez doblándose hacia el lado opuesto. Permite que las caderas se muevan y explore el movimiento del tronco alrededor del brazo de apoyo.
Estos ejercicios pueden ayudar a crear espacio entre los segmentos de la columna, tonificar los tejidos de soporte y mejorar la movilidad general.
Si bien la escoliosis presenta desafíos únicos, Pilates ofrece una forma efectiva de cuidar la columna vertebral, mejorar la postura y promover el bienestar general en aquellos que viven con esta afección.
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