Pilates es un excelente ejercicio para los corredores, ya que ayuda a fortalecer el core, los músculos centrales del cuerpo, para ser capaces de correr en la forma adecuada, con una buena flexibilidad y fuerza, evitando posibles lesiones, como en las rodillas, la cual es muy común en corredores.
¿Cómo Pilates mejora nuestra forma de correr?
La gran ventaja del método pilates es que sus movimientos brindan una gran precisión y bajo impacto, por lo que no estresa los ligamentos y además fortalece y tonifica toda la musculatura del cuerpo y las articulaciones.
De esta manera, favorece a una buena y fuerte posición de la columna vertebral y la pelvis, lo cual es base para correr de manera adecuada, brindando un excelente apoyo y estabilidad al esqueleto axial. Esta estabilidad ayuda a resistir la fuerza de cualquier forma de ejercicio, en este caso el correr, el cual tiene un impacto de hasta tres veces tu peso corporal cada vez que das un paso.
Así mismo, tener los glúteos fuertes y los flexores de la cadera flexibles son una parte importante para estabilizar la pelvis al correr. Ten en cuenta que el estar sentado durante un largo período de tiempo impide la activación de los glúteos, provocando debilidad en ellos y una pelvis que se incline hacia atrás, y el correr en estas condiciones, con un cuerpo desalineado, aumenta el riesgo de lesiones, postura encorvada, rigidez de las articulaciones, disminución de la movilidad y muchos otros problemas de salud.
Para ello, los principios del movimiento en Pilates se centran en mantener el cuerpo en una posición neutra y una pelvis neutra ayudando a estabilizar tanto la pelvis como la columna para un cuerpo con musculatura fuerte, mejorando también la calidad de vida.
En pilates, tanto la columna, tronco y pelvis trabajan juntos para que la fuerza que se genera en los ejercicios se transmita con muy poco impacto en otras estructuras, evitando también dolores de espalda o incluso lesiones, y logrando una base sólida para una gran carrera.
Ejercicios de Pilates ideales para estirar los flexores de cadera y músculo piriforme.
Acuéstese boca arriba con las rodillas dobladas y ambos pies separados a la distancia de la cadera. Lleve la rodilla derecha hacia el pecho y sostenga esa pierna con la mano izquierda. Tira de él hacia el hombro izquierdo y mantén el estiramiento. Repita en el otro lado.
Acuéstese sobre las piernas traseras y los pies doblados en el suelo. Colóquese a un pie de distancia de la pared. Extiende las piernas hacia arriba para apoyar los talones contra la pared. Dobla una pierna, crúzala sobre la pierna que está contra la pared y apoya el tobillo justo por encima de la rodilla.
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